domingo, 18 de abril de 2010

Papá, mamá, he inflado todos los globos de vuestro cajón!




Una función importante de los padres es hablar a sus hijos acerca del amor, la intimidad y el sexo. Esto es muy beneficioso además de para informar a los hijos para aumentar el acercamiento entre padres e hijos.

Cada año muchas adolescentes quedan embarazadas en nuestro país y otros tantos adolescentes se contagian una enfermedad transmitida sexualmente. Esto nos lleva a la conclusión de que muchos jóvenes nunca han tenido una conversación con sus padres en la que estos les cuenten las consecuencias de no usar anticonceptivos en sus relaciones.
Hablar acerca del sexo puede ser muy incómodo tanto para los padres como para los hijos, , pero los padres deben saber que está en sus manos prevenir a sus hijos informándoles de los peligros a los que se enfrentan. A medida que crecen, los niños hacen más preguntas y es necesario saber como responder:
Un niño de 5 años puede conformarse con la contestación sencilla de que los bebés vienen de una semilla que crece en un sitio especial dentro de la madre.

Un niño de 8 años puede querer saber cómo la semilla del papá llega hasta la semilla de la mamá. Los padres pueden entonces hablar acerca de como la semilla del papá (o espermatozoide) que viene de su pene se combina con la semilla de la mamá (o huevo) en su útero. Entonces el bebé crece en la seguridad del útero de la mamá por nueve meses hasta que está lo suficientemente fuerte para nacer.

Un niño de 11 años puede querer saber aún más y los padres pueden ayudar hablándole acerca de cómo un hombre y una mujer se enamora y entonces pueden decidir tener relaciones sexuales.

Hoy en día encontramos muchos programas de televisión que nos ofrecen información sobre las conversaciones que mantienen los padres con sus hijos a la hora de hablar de estos temas.
Antena tres comenzó una serie llamada “Hablar de sexo con papá y mamá” en la que se resuelven algunas de la preguntas que habitualmente se hacen los padres con respectos a sus hijos pero que no se atreven a preguntarles.




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